Hoy voy a describir una serie de fotos en blanco y negro que realmente me encantan. Fueron sacadas en el parque de los acueductos de Roma. El sujeto es Dalila y su ser: el contraste entre ella tan “alternativa” , “moderna” , tan vivaz a veces “niña” que juega con su sombra, con sí misma y el escenario antiguo, de una Roma que vive solamente en la memoria de los monumentos de estos lugares, que siguen manteniendo una atmosfera mágica, asì como la tiene el parque.
En la primera foto Dalila juega con su sombra que se proyecta en el suelo. La composición me gusta mucho: la posición de la chica, su cuerpo que se gira, el pie derecho que funciona de pernio bien firme en el suelo. El cuello estirado, la cabeza vuelta a mirar por abajo y el mentón que parece tocar el hombro derecho, los brazos abiertos casi como para volar.No obstante las gafas de sol se puede percibir la mirada íntima de la chica vuelta a la sombra, la atadura entre la real Dalila y la proyectada en el suelo. La sombra parece atada a los pies de la chica.
La segunda fotografía se puede titular “la huida”. La escenografía es completamente diferente: aquí hay Dalila, una bala de heno y uno de los restos del acueducto romano.
Dalila está representada en el acto de correr, como si fuera perseguida por la bala de heno. Está representado el salto de la salida. Las piernas plegadas, el pie derecho que se levanta y no apoya en el suelo, los músculos contraídos, la boca abierta como si tuviera jadeo y si necesitara más aire, más oxígeno. En el suelo su sombra que también en esta fotografía parece atada a los pies de la chica, casi como si Dalila estuviera siguiéndola.
En segundo plan aparece el arco romano y en correspondencia un pequeño árbol. A la izquierda pocas nubes en el cielo.
En todas las fotos las sombras son elementos muy marcados y fundamentales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario